KGB - 22 de abril de 2006

Tercera vez que veo a Nashville Pussy, la primera fue en la gira del "Let Them Eat Pussy", en el '98, la segunda presentando "Say something nasty" (tercer disco), en el año '02, y ahora tocaba verlos presentar su cuarto trabajo, "Get Some!".

Con el nuevo disco parecen tomar un sonido algo más rockero y sureño, y menos punk'n'roll troglodita, aunque el concierto sonó tan contundente como de costumbre a pesar de centrar su actuación en sus temas más recientes. Si sonó "Go Motherfucker Go", que junto a "Keep On Fuckin'", uno de los mejores temas del show, son seguramente las canciones más facilonas y pegadizas del repertorio de temas garrulos de la pareja con menos sutileza del rock actual, dos red nexs siempre con ganas de liarla que responden a los nombres de Blaine, cantante y guitarrista, y Ruyter, guitarrista. Si en el concierto del '98 se pelearon con gente del público y en el del '02 no pasó nada porque el Razz 2 marca cierta distancia, esta vez sólo dieron algún empujón a gente que subía al escenario; se pasaron ambos medio show con los ojos cerrados ya que según ellos, aparte del Jack Daniels y las birras que se metieron sobre el escenario, iban enfarlopados, y para demostrarlo mostraron al público un papelillo vacío.

Es Ruyter sin duda la más atractiva de la banda, no su por morbo físico sino por talento y actitud. Blaine tiene una presencia escénica limitada, divierte cuando se enfada y cuando se pone a escupir cerveza, pero cuando está en pleno tema apenas mueve un músculo. Ruyter en cambio es puro nervio, la chispa incendiaria de Nashville Pussy, la versión femenina de Angus Young, no para de moverse, disparar riffs y adoptar poses rockeras que tanto gustan.

Se presentaban esta vez con nueva bajista, Karen, que substituye a Katielyn, y un Jeremy muy cambiado físicamente. Karen, con look de niña fashion, no parece tocar como Katielyn ni tener la presencia escénica de Corey, la primera bajista a la vez que la más reconocida. Jeremy, con muchos kilos de más y espesa barba, sigue a lo suyo, cumpliendo sin destacar demasiado.

Abrieron Lipstick, grupo local de punk-hard-rock con cantante glammy y un estilo oportuno para telonear a Nashville Pussy. Desconocidos para mí hasta la fecha, la primera impresión fue buena. Recomendables, toca seguirlos un poco más de cerca.

astro-man