La Pedrera - 27 de octubre 2005

Damien Jurado, músico del folk pop americano independiente con más de diez años de carrera y la crítica musical a sus pies, vino por primera vez a España. Este músico de Seattle, empezó en el punk pero pronto se abrió a un sonido más folk. Editó con Sub-Pop los discos que le convirtieron en reverenciado músico de culto, pero dejó el sello para ir a una discográfica aún más pequeña, Secretly Canadian, y acaba de editar su segundo trabajo con ellos, "On My Way To Absece". Tras cancelar en el pasado varios conciertos nacionales, realizó por fin una mini gira estatal, para presentar el citado disco, que empezó el día 27 en Barcelona y pasó después por Madrid y Vigo.

En Barcelona, el lugar elegido para su actuación, totalmente gratuita, fue el auditorio de La Pedrera. No estoy acostumbrado a ver conciertos sentado, pero esta vez la experiencia resultó positiva. El tipo salió con una acústica y acompañado por Eric Fischer durante la primera mitad de la actuación. Este segundo guitarra, con una eléctrica, se dedicó básicamente a crear sonidos ambientales bastante hipnóticos, dejando la labor de tocar algo más coherente a Damien. En la primera canción tocó las mismas dos notas sin cesar, aumentando el volumen progresivamente hasta crear una bola de sonido que obligó a Damien a dejar de tocar y acabar la canción susurrando, con más timidez de lo que en él es habitual. Fischer luego sacó más recursos interesantes como cuando su guitarra impregnó la sala de un sonido muy similar al de una steel-guitar.

Damien no es un guitarrista espectacular, aunque tiene buena mano derecha y le saca bastante partido a eso. Pero la música no es un deporte en el que ganan los que son técnicamente mejores o los más fuertes, sino los que saben transmitir cosas. Hay mucha gente buenísima técnicamente y que son incapaces de transmitir nada, y hay gente que con muchos menos recursos llegan a ser grandes gracias a algo especial. Damien tiene ese algo especial. Su timidez, ese punto de amargura y desencanto y su buena voz a la que saca máximo rendimiento consiguieron que la sala no hiciera el más mínimo ruido. Ni un tosido se escuchó mientras tocaba, había quien ni respiraba, toda la atención estaba centrada en él y en sus temas, canciones que se entendían bastante bien y que resultaban tristes pero bonitas, tanto por las letras como por su forma de cantar.

Parece mentira lo que llega a hacer con tan poca ayuda. Este tío no es muy conocido porque siempre ha estado en pequeñas compañías donde la promoción es casi nula, pero es un crack. Sino lo conoces, tiene varios discos recomendables pero yo cada vez estoy más enganchado al último.

astro-man